Imagínate a un tío agarrando un Fleshlight, metiéndole duro mientras está tirado en una cama hecha un desastre. Todo se centra en cómo el juguete aprieta con cada movimiento. A veces hay un bote de lubricante tirado por ahí, mostrando el montaje. Es un vistazo directo a cómo se la pasan solos con ese toque extra.