Los clips de medición traen un toque raro, con manos agarrando una regla de plástico para medir antes de meterse en lamidas o montadas sobre un mesón de cocina. La tensión sube mientras van diciendo los números en medio de la acción. A veces se ve un cuaderno viejo por ahí, garabateado con datos anteriores, dándole un rollo personal bien extraño.