En estos videos de sumisos, hay gente de rodillas, recibiendo azotes fuertes en suelos desnudos mientras gimen. Algunos están atados con cuerdas finas, puestos sobre mesas firmes. Un detalle es una venda de satén negro que tapa los ojos, haciendo que cada roce se sienta más. Es un viaje profundo al rollo de soltarse y obedecer.