En estas escenas de pechos caídos, las mujeres montan duro y sus tetas se balancean con cada empujón en sofás viejos. Algunos las lamen y aprietan mientras están inclinadas sobre sillas de madera. Hay un detalle con un pañuelo de seda suelto cerca, que llama la atención. Es todo bien natural, sin retoques, puro movimiento.