El contenido de axilas se mete de lleno en este fetiche, normalmente en baños chicos o esquinas de cuartos. Hay lamidas y roces, con foco en la piel desnuda bajo brazos levantados sobre alfombras suaves. Un momento específico muestra un plumero rozando la zona antes de que se escape un gemido. Ese detalle mantiene todo bien anclado en el fetiche.