Hay algo en las escenas de primera vez que se siente súper real, ¿sabes? Imagínate risas nerviosas mientras intentan pillar la postura en una cama desordenada, o un tío yendo demasiado rápido por puro nervio y casi se le va de las manos. En una escena, el chaval no atina ni a apagar una lámpara cutre de motel mientras lo intenta, todo un show de torpeza.