Imagínate a parejas dándole caña sobre esteras de banig, apretados en espacios húmedos y chicos con ventiladores girando lento. En algunas escenas se provocan cerca de ventanas abiertas, con telas ligeras de baro’t saya colgando. Hay un clip donde un banquito de bambú se voltea en plena acción. Es un pedazo crudo de intimidad tropical.