Estas empollonas cambian los libros por acción hardcore, montándoselo y chupando en cuartos de estudio polvorientos. Imagina a una morena tímida, con la falda de lápiz subida, inclinada sobre un escritorio de roble con papeles por todos lados. En una escena, le dan caña mientras sus gafas se le resbalan por la nariz. Ese rollo inesperado mola un montón.