En estas escenas adorables, todo va despacito, con manos que rozan con cuidado y sonrisas tímidas mientras están en un rincón acogedor, como una habitación con paredes pastel. Hay un detalle que mola, una almohada rosa fluffy aplastada bajo un polvo lento y cuidadoso. Luego, ves cómo se miran de reojo mientras uno lame despacito el cuello del otro. Es más sobre esos pequeños gestos que sobre algo salvaje.